La telebasura y la prensa chicha aún no caen. Peor aún, algunos políticos de la oposición, encandilados por los nuevos sets que se les abren, podrían perdonarles la vida. En la región salvaje de la Tv. las imágenes se inflan hasta tapar el bosque y oscurecer el cielo. Nos impiden ver el panorama y orientarnos, haciendo uso de nuestras herramientas más sabias y humildes: la prensa escrita, la radio, el sentido común, el debate callejero. Su reinado es soberbio y ominoso (¡las imágenes no se discuten!), aunque nos lo expliquemos. La verdad reluce en ellas con tan tridimensional claridad que -dejando de lado la posibilidad técnica de su distorsión- se convierten en contundentes armas políticas.
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